Serocs es un banda conocida para mí y los seguidores (¿hay
seguidores?) de este pequeño espacio, ya que su líder, Antonio Freyre, ha sido
entrevistado meses antes del lanzamiento que me tuvo expectante por un tiempo y
que ahora mismo nos ocupa.
Es que tras lo que había sido “Oneirology”, su disco debut
editado el año pasado (tiene un par de EP’s, además), el futuro parecía
prometedor para el proyecto. Con batería programada y un arsenal importante de
riffs de granito, “Oneirology” dejó la impresión de ser un buen trabajo que sin
embargo necesitaba “armonizarse” un poco, salir del atasque permanente para
enfocarse con más ahínco en las canciones propiamente dichas y que no quede una
pila de secciones rítmicas irreconocibles.
La pregunta es: ¿Pudo Antonio ordenar las piezas para “The
Next”? Eso es lo que develaremos canción a canción.
El primer tema en hacer tronar el estéreo es The Next, tema
homónimo, que desde el principio nos regala un riff especialmente diseñado para
que no se nos despegue por un buen rato. Timo Hakkinen muestra un energético
trabajo tras los parches, con mucha clase para alternar blast beats con
intrincados patrones rítmicos, fieles al estilo que Serocs mostraba desde sus
inicios. Claramente un comienzo apabullante que nos deja con buenos bríos para
lo que sigue.
En The Variable,
notamos que la propuesta ha cambiado un poco a comparación de “Oneirology”. Es
posible detectar una mejoría en la estructura de las canciones, y tanto el
aspecto melódico como el rítmico se encuentran realzados y sobre todo,
reconocibles. Todo está perfectamente en orden en un tema muy bien logrado, que
queda en la memoria sin perder una pizca de fuerza por ello. Dos temas, dos
aciertos.
Tercer track. Urban Terror nos muestra a Serocs en un
enredado medio tiempo, donde Antonio nos guía con parsimonia hasta el minuto
con veinte segundos, cuando Hakkinen pisa el acelerador al son de los riffs de
esa pared infranqueable que constituyen Poggione (bajo) y Freyre, tan sólida,
destructiva pero al mismo tiempo disfrutable. Una canción entretenida que se
hace muy atractiva gracias a la inventiva y constante variedad que cuando no se
exagera, resulta muy gratificante de oír.
Para Weakness Fed The Fear, se nos quiere presentar la
faceta más… ¿pegajosa? del grupo. Sin perder la energía que los caracteriza,
aparecen algunos coros que potenciados por el caudal vocal de Jason Hohenstein
quedan bastante bien. Sin embargo, el tema se desarrolla demasiado rápido, a
una velocidad un tanto vertiginosa que termina por jugar en contra de la
canción, sobre todo en el final. No es un mal tema, pero tanto enredo termina
ubicándolo en un escalón debajo de los anteriores.
Lo más destacable de Serocs es el tratamiento rítmico de las
canciones, ya que a diferencia de la mayoría de las bandas de su mismo
subgénero, no necesitan recurrir al abuso de blast beats y velocidades exageradas
para mostrar fuerza o brutalidad, el sinfín de riffs y los complejos patrones
rítmicos alcanzan y sobran para apabullar al oyente. The Hellgramite Method es
una prueba cabal de ello, con su diversidad e impecable ejecución, que vuelven
a poner todo en orden tras el tema anterior.
Llegamos al sexto tema. The Shining One representa 4 minutos
de aciertos, donde cada golpe, cada nota encaja perfectamente, dejando bien claras
las capacidades técnicas de sus ejecutantes. Una canción disfrutable, donde el
rango medio que utiliza Hohenstein en sus guturales calza muy bien con lo que el
tema pide, revalidando sus pergaminos a base de potencia.
Nos encontramos al borde del final, donde ChernoVile estalla
como una bomba. Sin muchas diferencias con los temas anteriores, Freyre y compañía
no escatiman en detalles para dejar un buen sabor de boca en una montaña rusa
de velocidades y texturas. Las líneas de bajo de Poggione, siempre firmes, en
esta pieza toman algo más de protagonismo a través de sutiles arreglos.
Para cerrar el disco se hace presente Alienus Gignesthai,
una canción un tanto diferente al resto del álbum. ¿Por qué digo esto? Porque
el tema tiene un orden muy claro, distinguiéndose principio, desarrollo y final
a través de la intensidad con que se va desarrollando. Desde la sinuosa intro, seguida
por una la lenta marcha, que mantendría ese aletargado andar por poco más de un
minuto, hasta que el machaque se adueña de la composición, llevándonos hasta la
aparición de un personaje muy especial como es el legendario vocalista de
Demilich, Antti Boman, que nos guía con parsimonia a “la salida”, en un ejercicio muy destacable.
Estos 8 temas componen a “The Next”, un disco sólido que
muestra a una banda madura que ha pulido sus virtudes y reducido
considerablemente sus defectos, afianzando su sonido y sobre todo su propuesta,
dotándola de su un estilo propio y reconocible que los pone como uno de los
nombres a tener en cuenta en el Technical Brutal Death Metal.
Calificación: 88/100
Calificación: 88/100
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