Hay discos que uno espera por mucho tiempo. Desde que Extol
anunció su reunión y el lanzamiento de un futuro álbum, mis expectativas fueron
creciendo paulatinamente, y creo que la de cualquier persona que haya revisado
su discografía con detenimiento también. Es que esta banda de temática
cristiana proveniente de Noruega ha tenido diversas mutaciones y cambios a lo
largo de su carrera, que consta de 4 larga duración (sin contar el de este año,
claro) de los cuales haré un breve repaso.
Entonces nos encontramos con “Burial”, su debut de 1998, que
nos ofrecía un Technical Death/Black Metal de primera calidad, con 12 temas
precisos, memorables y con un sutil manejo de la melodía que se terminaría
volviendo una marca registrada. “Undeceived” llegó para el año 2000, y
presentaba un desplazamiento hacia el Death Metal Progresivo con toques de
MeloDeath sin por ello perder ni fuerza ni calidad, concibiendo un álbum muy
sólido y disfrutable. Sin embargo, tres años después llegaría “Synergy”, un
trabajo con tintes Thrash que en mi punto de vista fue muy irregular, de muchos
puntos bajos y algunos altos. Para el 2005 llegaría “The Blueprint Dives” que
los vería mutar nuevamente, pero esta vez a un Alt Rock/Metal Progresivo, tan
sorprendente como excelente. Por desgracia, luego se separarían.
Como ven, Extol ha sido un grupo inquieto que ha explorado
muchas facetas, tratando de sacar lo mejor de cada una y casi siempre saliendo
victorioso. Para este 2013, llegó la reunión y con ella un nuevo disco. ¿Nos
volverían a sorprender? ¿Se reinventarían de nuevo? La respuesta es sí, pero no
de la forma en la que uno se lo esperaba, y tema a tema verán a que me refiero.
Comenzamos con Betrayal, que a través de riffs intrincados
nos va atrapando con bastante facilidad. El tema se desarrolla con bastante
fuerza y un estribillo digno de temas como Gloriana (primera canción de “The Blueprint
Dives”), que se complementa muy bien con las continuas secciones irregulares
que nos ofrece Ole Børud, encargado de las
6 cuerdas. En este primer embate del disco todo encaja en su lugar, tanto la
fuerza como las sutilezas melódicas, dejando una buena impresión.
Open The Gates comienza con muchísimo gancho, característica
vital a la hora de hablar de este álbum. Cada tema tiene su solo, riff, o base
distinguible y recordable, lo que hace que cualquiera de los tracks quede
grabado en nuestro cerebro. Y aquí la dupla guitarra-batería se luce, en una combinación
formidable que logra sacarle jugo a cada segundo de la canción, mostrando todas
sus habilidades sin por ello caer en un pretensionismo desmedido, al contrario,
todos los elementos puestos en la mesa están enfocados en enriquecer la pieza.
Ahí tienen el festín de fills que nos brinda David Husbik en la sección 01:50 –
02:10, como un buen ejemplo.
Wastelands nos lleva hacia un espectro más oscuro, donde se
privilegian los “machaques”, y la potente voz de Peter Espevoll resulta más que
adecuada, recordándonos por momentos a la furia que desplegaba la banda en sus
dos primeros larga duración. Una canción bastante intensa que tiene su momento
de calma en el solo, pero que rápidamente nos pone en guardia de nuevo gracias
al dinamismo y riqueza de elementos que pone cada integrante al servicio de la
obra.
Cuarto movimiento. Con A Gift Beyond Human Reach volvemos al
costado más melódico de Extol, donde cada riff es hipnótico en demasía,
teniendo en cuenta que prácticamente no hay voces limpias en este track que
ayuden a agregar sensibilidad o a “relajar la escucha”. Todo suena compacto,
equilibrado, en una mixtura que puede recordarnos a trabajos anteriores, pero
manteniendo un sonido único. Y es que esa es la clave de este disco: es el
resultado de todos los discos anteriores, tiene un poco de cada uno y saca lo
mejor de estos, en pos de un sonido absolutamente propio.
Tras el cuasi alegre cuarto tema, aparece Faltering Moves,
que se desenvuelve como la antítesis del anterior, lleno de melancolía,
aspereza y feeling, aunque parezca extraño. Es que sin perder su naturaleza
progresiva, los noruegos entregan secciones densas, alternándolas con otras
llenas de sentimiento, todo esto con una sensibilidad impresionante para que se
fusionen con la cohesión necesaria, para que haya fluidez a lo largo de los
casi 6 minutos de duración. Espevoll realiza un desempeño vocal envidiable para
complementarse con las armonías y lograr el efecto deseado, la alternancia
entre lo áspero y lo suave.
La segunda mitad del álbum comienza con Behold The Sun,
donde se presenta un trabajo muy técnico y elaborado, rebosante de riffs
complejos, cambios de tempo y carácter, con un muy agradable intercambio de
voces limpias y guturales. Probablemente sea el tema más completo, en el
sentido de que tenemos un poco de todo en una composición muy demandante, que
sin embargo no pierde el “gancho” ni se vuelve aburrida a lo largo de los 4
intensos minutos que componen este tema.
En mi opinión, Dawn Of Redemption es un punto y aparte. Un
breve intervalo de reflexión a través de las cuerdas de Børud, que con
sencillez y tranquilidad nos va llevando lentamente a un punto donde notamos
que cada nota, cada punteo, nos está tocando el alma. Es justo donde uno abre
los ojos, y se percata que es un disco diferente. Es un disco muy especial, no
solo para el oyente, sino para la banda misma. “Extol” es el reflejo puro de
sus 15 años de carrera, es el punto final de toda una etapa y sobre todo, el
inicio de un nuevo comienzo. Sin embargo, todavía faltan temas…
Octava canción, Ministers. Tras el momento “reflexivo” del
tema anterior, el trío decide atacar con fuerza en un tema que líricamente es
una declaración de principios, por consiguiente, debe demostrar esos principios
también desde el aspecto musical. Sin muchos rebajes melódicos (solo los
necesarios), Extol se desenvuelve con soltura en una pieza que me recuerda
mucho a los puntos altos de “Synergy”, donde la agresión estaba bien encausada
y administrada para no caer en el aburrimiento.
Y para el gran final, dos temas al hilo. Extol (tema
homónimo) y Unveiling The Obscure están conectados, en una combinación
espectacular. El primero, por tener el riff más memorable del disco, cargado de
furia y melodía al mismo tiempo, un guiño absoluto a “Burial” que sumado al uso
de las voces limpias se vuelve inolvidable. Blast beats viciosos al principio,
para luego mutar a notas fantasma perfectamente ejecutadas que sorprenden por
la fluidez que tiene la banda para combinar tales elementos sin siquiera sonar
abruptos, todo esto envuelto por ese tratamiento melódico marca de la casa.
El segundo, aunque saca un poco el pie del acelerador no se queda atrás gracias
a la magia de los riffs que nos brinda Børud, que es al final el alma de esta
banda, el encargado de hacer que cada tema sea diferente y único, que tenga un
toque especial y en este último track nos lo vuelve a demostrar con esa
inventiva para crear y reinventarse constantemente. Realmente un final
memorable.
Y de esta forma transcurrió “Extol”, un lanzamiento que no
solo pone a los noruegos entre los mejores de este año, sino que además se
vuelve el punto más alto de su carrera, y probablemente a la banda misma le sea
muy difícil de superar. Aunque, teniendo en cuenta de qué banda estamos
hablando, pueden volver a sorprendernos. Por el momento, tenemos un gran disco
para seguir analizando y disfrutando.
Calificación: 98/100
Calificación: 98/100
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