lunes, 27 de enero de 2014

Reseña: Random - Pidanoma (2014)



Hay discos que uno espera con muchas ganas, casi con ansiedad, porque conoce la calidad de los miembros de tal o cual banda, y la capacidad que tienen para entregar algo nuevo en cada lanzamiento. Una de esas bandas es Random, grupo tucumano que tras un inicio prometedor con su EP debut “Prrimo, The” donde mostraban un Metal Progresivo con reminiscencias de bandas como Mastodon, Tool y The Mars Volta, rozaría lo experimental con su primer larga duración. En “Todo.s los Colores Del”, el trío empezaría a usar estructuras más extrañas, alternando momentos de devastación sonora con otros de inusitada calma. Un trabajo de esos que difícilmente se encuentran en una escena como la de Argentina.

Un tiempo después, pude entrevistar a Raúl García Posse, guitarrista y cantante de la banda, y aunque “Pidanoma” todavía no estaba en gestación, algunos comentarios daban indicios de cierto desapego por el sonido directo de sus inicios, expresando una necesidad de explorar otros caminos, quizá más extraños y complicados. Unos meses más tarde me pude dar el lujo de verlos en vivo, siendo su performance una de las más interesantes que haya visto (con problemas técnicos incluídos).  

Y llegamos al presente. Un presente donde tras varias escuchas, me pongo a escribir sobre este trabajo.  Le doy play nuevamente, empieza “Corto Normal”. El bajo de Pablo Bianchi nos da la bienvenida, con un riff rebuscado pero atrapante, que luego es seguido por toda la banda. Sin duda un comienzo muy enérgico, que en ningún momento pierde la intensidad con la que inició. Probablemente este sea el tema más digerible del disco, un comienzo relativamente amable antes de que comience el verdadero viaje. Prog Rock, Metal y un poco de Noise Rock intercambian saludos mientras transcurren los minutos. Un inicio que huele a preámbulo para lo que se viene. Para calentar motores.

Luego de “Ojota y Media”, un extraño interludio que incluye lo que parece una grabación de radio, un track de batería de fondo y ruidos variados, arranca “Me Chango”. Tema que dura 17 minutos, y desde el primer segundo se vuelve una delicia. La forma en que llevan un tema tan extenso sin perder la brújula es admirable, ya que a pesar de repetir secciones, ninguna suena igual a la anterior. Pequeños detalles hacen que todo suene dinámico, que haya una sorpresa escondida en cada compás y que estemos atentos en todo momento. La premisa es clara: Random requiere de oyentes que presten atención, que se sumerjan en la música y que estén atentos a los detalles, a cada sonido emitido por los instrumentos. Esa premisa es vital para disfrutar de este disco en toda su dimensión. Con un invitado especial en saxofón (Adrián Terrazas Gonzales, ex saxofonista en The Mars Volta y actual en T.R.A.M.), los 20 minutos de improvisación, experimentación con timbres, intensidades y diversas sonoridades se vuelven puro deleite para el oído, generando una catarata de sensaciones que por momentos te sobrepasan.

Cuarto tema, “Mia Gato Esta Solo en la Oscuridad”. Como la continuación del crescendo con el que terminaba el tema anterior, el track comienza atacando nuestro sistema nervioso desde el comienzo. Con los interminables golpes fantasmas y la imponente energía que Marckos Crosa entrega a cada segundo, la locura está garantizada. Realmente debe ser el baterista más desbocado que haya visto en directo, y en estudio no se queda atrás. El trabajo de este tipo es simplemente demoledor. Si a eso le sumamos el impecable trabajo de producción que tiene el disco para que todo suene claro y distinguible, pero lo suficientemente “sucio” para desatar un auténtico caos sonoro en el momento necesario, todo se potencia, volviéndose memorable pero sobre todo hipnótico. Por momentos es inevitable sentir que uno despega del suelo, integrándose tanto a lo que escucha que simplemente uno se siente parte de un viaje, un inusual y descontrolado viaje del cual queremos disfrutar cada segundo. Algo muy destacable son las influencias Noise (probablemente traídas por Raúl, que ya ha demostrado tener aptitudes para el buen ruido en su proyecto “Seda que fue Baba”), que añade texturas muy interesantes en cada una de las canciones de “Pidanoma”, yendo desde incrementar la tensión hasta a estabilizar los motivos.

Gurí Gurí Tres Piñas”. A diferencia de lo que su nombre puede sugerir, los tucumanos deciden comenzar con parsimonia, como dándole al oyente un respiro de la montaña rusa de sensaciones en la que está metido; aunque sin privarse del lujo de acompañar con samples que nos advierten que la cosa puede explotar en cualquier momento. El trabajo vocal en “Pidanoma” es acotado, mucho más que en su disco anterior. Raúl prefirió dejar que los instrumentos hablen por ellos, y redujo el trabajo vocal prácticamente a armonizar o intensificar momentos específicos en la canción. En este último track, Raúl y su voz enaltecen ciertas secciones del tema, que en sus 20 minutos de duración sabe a gloria. De esa paz y calma que transmiten en el principio, van subiendo progresivamente, casi sin que nos demos cuenta de tan relajados que estamos… Y en el minuto 10, todo estalla. La calma comienza a esfumarse de a poco y todo llega a su punto álgido, entrando en un vórtice donde la tranquilidad y el descontrol se fusionan, la intensidad se dispara y el oyente se encuentra en el medio, con sus oídos como único testigo de la dualidad abrumadora y enervante que estos 3 hombres le están ofreciendo. Una dualidad realmente única.

Termina el disco, las pulsaciones bajan. Resulta ridículo entrar en aspectos técnicos sobre el desempeño individual de cada uno de los integrantes y los recursos utilizados. La razón es simple: “Pidanoma” es un disco de sensaciones, que lo único que pide es que el oyente se inmiscuya en él para dejarse llevar. Sin lugar a dudas, el mejor trabajo de probablemente la banda más peculiar e interesante de la actualidad musical Argentina y Latinoamericana.

Calificación: 95/100

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